ALMA MAHLER Y EL IDIOTA DE SIGMUND FREUD

 

Una curiosa historia que circula en relación a Alma Mahler y Sigmund Freud fue ya tratada hace algún tiempo en un artículo que publiqué en La Infinita Espiral (Gustav Mahler y Sigmund Freud. Relato de un encuentro singular) y al que remito al lector.

La historia en cuestión no es otra que la supuesta influencia negativa que sobre Gustav Mahler pudo tener el encuentro terapéutico que mantuvo la tarde del 26 de agosto de 1910 con Sigmund Freud. Al menos ésta es la opinión (lo negativo de la influencia) del musicólogo y biografista Henry-Louis de La Grange (París, 1924) autor de una biografía sobre Mahler considerada como todo un clásico.


Según La Grange (una opinión que personalmente no comparto en su totalidad aunque si en algunos matices) “Fue Alma la responsable de que Mahler se hiciese pedazos, no Freud. La conversación entre ellos fue positiva y le resolvió problemas al compositor. Freud, por otra parte, lo encontró genial, de una inteligencia superior”.

La relación entre Alma y Freud nunca fue buena y si Alma Mahler odiaba a Sigmund Freud y lo llamaba idiota cada vez que se refería a él, era debido a cierto acontecimiento que como anécdota reflejé en mi artículo de La Infinita Espiral.

Apenas Sigmund Freud supo por la prensa que Mahler había fallecido, le escribió a la viuda, Alma Mahler, una breve carta en la que mas que manifestar su condolencia  se limitó a reclamar los honorarios de la sesión psicoanalítica que mantuvo en Leiden con su esposo y que el músico no le llego a abonar. Desde entonces, Alma Mahler dio muestras de un despreciativo odio hacia el psicoanalista a quien consideró ya por siempre como “el idiota de Freud”.

Según La Grange, el conflicto que colmó el vaso de una relación llena de conflictos como fue la que mantuvieron Gustav Mahler y su joven esposa (destaquemos la diferencia de edad de casi veinte años antre ambos) fue la infidelidad de Alma que quedó plasmada en su relación con Walter Gropius: “él lo sabía y acabó, como muchos otros maridos, aceptando la idea de que su esposa tuviera un amante, porque la amaba y quería conservarla [pero lo cierto es que] ella hubiese necesitado a Freud más que su marido”, dice La Grange.
Muchas son las causas que pudieron condenar al fracaso al matrimonio Mahler-Schlinder pero ninguna como la especial personalidad (francamente psicopatológica en algunos aspectos) del genial compositor que iré analizando en nuevos artículos que intentaré sean lo suficientemente breves como para mantener la atención de los seguidores del blog de EL LEGADO DE UN TITÁN sin llegar a agobiarlos.

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